viernes, 22 de junio de 2012

MI FAMILIA Y YO SERVIREMOS AL SEÑOR

Porqué esta introducción? Porque el lema que nos va a guiar durante todo este año es una declaración guerrera: "MI FAMILIA Y YO SERVIREMOS AL SEÑOR" (Josué 24:15b) Esta declaración se recoge en el último capítulo de Josué, cuando, se supone, que el pueblo judío se ha establecido en la Tierra Prometida. Josué, como pastor del pueblo, constata que dicho pueblo se ha alejado de su Dios, para correr detrás de otros dioses, adoptando las costumbres paganas de los pueblos conquistados. Nos recuerda la Palabra que Josué convocó en Siquem a todas las tribus de Israel para confrontarlos y les dijo: Ustedes pueden hacer lo que les parezca mejor, pueden seguir otros caminos y vivir los valores que otros dioses les inspiren, pero "MI FAMILIA Y YO SERVIREMOS AL SEÑOR" Como si les dijese: "Yo no me dejaré embaucar y lucharé para que mi familia tampoco lo sea, que paraíso es mi familia." Ninguna institución social y religiosa está en mayor peligro que la Familia. El enemigo se la quiere tragar, como se quiso tragar a la Mujer con el Niño, con la diferencia que en estos últimos tiempos se ha vestido de ángel y usa eslóganes, tan atrayentes, como Liberación de la mujer, Derechos de la persona, igualdad de sexos, libertad, independencia, emancipación, "déjate guiar de tus sentimientos" La guerra está declarada. Hacen falta líderes, hacen falta parejas que, a ejemplo de Josué hagan esta declaración solemne: "MI FAMILIA Y YO SERVIREMOS AL SEÑOR." P. Enrique Silvestre, C.P