domingo, 3 de febrero de 2013

Nuestra Señora de Suyapa

Existen muchas versiones acerca del descubrimiento de la Virgen de Suyapa. La versión más ampliamente aceptada, es la de su descubrimiento milagroso por parte del trabajador agrícola Alejandro Colindres; a finales de enero o principios de febrero en 1747.Según la tradición hondureña, Colindres y su hijo de 8 años fueron enviados por su madre a limpiar campos de maíz a la montaña del Piliguín, al noreste de Tegucigalpa. Camino de regreso, los atrapó la noche y decidieron dormir afuera. Colindres estaba despierto por un dolor agudo en su costado y se dio cuenta que estaba acostado sobre algo. Versiones posteriores del relato afirman que Colindres, sin ver lo que era, tomó y arrojó lo que le molestaba lo más que pudo, pero cuando volvió a acostarse ahí estaba de nuevo. A la mañana siguiente, Colindres descubrió que había estado durmiendo sobre la estatuilla de una virgen, que luego llevó al altar de su familia en casa de su madre. AlbosNo fue hasta luego de 20 años de permanecer en dicho altar, cuando en 1768 se le acreditó a la estatua su primer milagro reconocido y comenzó a a traer la atención del público. Luego de su primer milagro, la familia de Colindres comenzó a recaudar fondos para construir una capilla, la cual fue completada en 1777. En 1925, el Papa Pío XI la declaró Patrona de Honduras bajo el título de Nuestra Señora de Suyapa, y declaró el 3 de febrero como su día festivo. En la década de 1950 se construyó una gran basílica próxima a la capilla, nombradaBasílica de Suyapa. Actualmente la estatuilla de la virgen pasa la mayor parte del tiempo en la capilla, pero cada año es movida a la Basílica de Suyapa el día de su celebración para acomodar a la multitud que asiste a verla, tanto de Honduras como de toda Centro América.La estatua de la virgen tiene un grupo de conserjes, todos hombres, conocidos como la Orden de los Caballeros de Suyapa; fundada en el siglo XX, la cual es responsable de cuidar a la Virgen y su capilla. También acompañan a la Virgen en en todo momento que salga de la capilla para viajar recorrer Honduras, como frecuenta hacerlo cada febrero.Se considera que la estatuilla de la Virgen tiene poderes milagrosos. El rápido desenlace de laGuerra del Fútbol entre Honduras y El Salvador es atribuido a la Virgen. En esta guerra, los soldados involucrados reportaron visiones de la Virgen, lo cual calmó su temor durante la batalla.

El cuarto Rey Mago

El cuarto Rey Mago Hay una leyenda que, sin ser parte de la Revelación, nos enseña lo que Dios espera de nosotros.Se cuenta que había un cuarto Rey Mago, que también vio brillar la estrella sobre Belén y decidió seguirla. Como regalo pensaba ofrecerle al Niño un cofre lleno de perlas preciosas. Sin embargo, en su camino se fue encontrando con diversas personas que iban solicitando de su ayuda.Este Rey Mago las atendía con alegría y diligencia, e iba dejándoles una perla a cada uno. Pero eso fue retrasando su llegada y vaciando su cofre. Encontró muchos pobres, enfermos, encarcelados y miserables, y no podía dejarlos desatendidos. Se quedaba con ellos el tiempo necesario para aliviarles sus penas y luego procedía su marcha, que nuevamente era interrumpida por otro desvalido.Sucedió que cuando por fin llegó a Belén, ya no estaban los otros Magos y el Niño había huido con sus padres hacia Egipto, pues el Rey Herodes quería matarlo. El Rey Mago siguió buscándolo, ya sin la estrella que antes lo guiaba.Buscó y buscó y buscó… y dicen que estuvo más de treinta años recorriendo la tierra, buscando al Niño y ayudando a los necesitados. Hasta que un día llegó a Jerusalén justo en el momento que la multitud enfurecida pedía la muerte de un pobre hombre. Mirándolo, reconoció en sus ojos algo familiar. Entre el dolor, la sangre y el sufrimiento, podía ver en sus ojos el brillo de la estrella. Aquel miserable que estaba siendo ajusticiado era el Niño que por tanto tiempo había buscado.La tristeza llenó su corazón, ya viejo y cansado por el tiempo. Aunque aún guardaba una perla en su bolsa, ya era demasiado tarde para ofrecérsela al Niño que ahora, convertido en hombre, colgaba de una Cruz. Había fallado en su misión. Y sin tener a dónde más ir, se quedó en Jerusalén para esperar que llegara su muerte.Apenas habían pasado tres días cuando una luz aún más brillante que la de la estrella llenó su habitación. ¡Era el Resucitado que venía a su encuentro! El Rey Mago, cayendo de rodillas ante Él, tomó la perla que le quedaba y extendió su mano mientras hacía una reverencia. Jesús le tomó tiernamente y le dijo:“Tú no fracasaste. Al contrario, me encontraste durante toda tu vida. Yo estaba desnudo, y me vestiste. Yo tuve hambre, y me diste de comer. Tuve sed y me diste de beber. Estuve preso, y me visitaste. Pues yo estaba en todos los pobres que atendiste en tu camino. ¡Muchas gracias por tantos regalos de amor! Ahora estarás conmigo para siempre, pues el Cielo es tu recompensa.”